Habiendo
estado todo el día inmerso en el estudio de la lengua alemana (a la
que ya le estoy cogiendo cariño) decidí hacer un alto en el camino
y relajarme. Normalmente esto significa escuchar música de Mozart y
leer algo sobre Mozart. Esta vez consulté la enciclopedia Tout Mozart (Éditions Robert
Laffont, 2005, dir. Bertrand Dermoncourt) y
la abrí al azar. Mi atención fue captada de inmediato por el
nombre «Vladimir Horowitz». Decidí leer la entrada que dice así:
Le
pianiste Vladimir Horowitz aimait relire les lettres de Mozart, il y
voyait des raisons de considérer la musique du Salzbourgeois comme
ardente et romantique: « Mozart était un compositeur virtuose,
comme Chopin ou Liszt, mais sa virtuosité sʼexprime
avec moins de notes, et chacune est importante. De par ses textures
ténues, la musique de Mozart a besoin de plus de couleur — et non
lʼinverse — que la musique romantique dans laquelle cette couleur
est partie intégrante de la composition. » Une conception que, vers
la fin de sa vie, le vieil enfant prodige enregistra avec una
légèreté, une fantaisie et un art du chant absolument uniques.
Jean-Victor Hocquard no podría estar más de acuerdo con esta opinión de Horowitz. Wir sehen uns später..., vielleicht.
Somos el público de Mozart que lo aplaude jubiloso a través de los siglos. Un abrazo fuerte desde la cordillera del Ñuble, querido amigo.
ResponderEliminarOtro fuerte, liebe Freund, desde Iberia-Siberia.
EliminarCada día más cerca de Mozart, que para un laico es como estar cada día más cerca de dios.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte querido amigo.
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