Llevo
años estudiando filosofía y pocos autores han despertado en mí la
sensación de dignidad y respeto que se merecen todos esos pensadores
que lucharon por la igualdad, la libertad de prensa, de culto, de
expresión, que Jonathan Israel recuerda en su monumental estudio
sobre la Ilustración (en seis volúmenes). Su obra sobre la traición a la Ilustración
llevada a cabo por los fundamentalistas conservadores de Robespierre
es algo digno de leer. Ignoro lo que existe de este autor en español,
pero en inglés uno que domine el idioma solo puede garantizar su
conocimiento de esa época que nos ha hecho a nosotros mediante la
lectura de las obras de Jonathan Israel. Dejo una de sus conferencias
para aquellos que puedan entender lo que dice claramente; para los
que ignoren el inglés, recordadles solo que merece más la pena
emplear horas aprendiendo un idioma nuevo que aprendiendo películas
nuevas. Apaguen la TV or not TV. Sepan inglés, porque el español es
muy limitado. Tras el inglés, lo que uno tiene que poder leer es el francés. Es algo que debería ser obligatorio en las universidades, los colegios, las escuelas. Español, inglés, francés. Menos horas de dibujo y más horas de idiomas. No quiero decir que aprendan alemán también, pero es
algo que sería de desear una vez uno domina el español, el inglés y el francés. Aparte del español, el inglés, el francés y el alemán, no debería faltar el
latín, aunque solo sea para leer la obra de Virgilio en el original y saber de dónde viene nuestro idioma español. Si uno pretende opinar solo desde el español, pensará muy limitadamente. Sobre todo de acuerdo a lo que la Iglesia católica y los grupos extremos de izquierda y derecha pretenden hacernos pensar. Hay que hablar idiomas para saber pensar con más libertad, con más criterio, con menos nacionalismos. Intenten pensar como otros ciudadanos piensan. Pónganse en su lugar. Para eso, nada mejor que aprender su idioma. Apaguen la TV, y enciendan sus Cerebros. TV or not TV: not TV. Libros, más libros, y más libros en otros idiomas. Göngora et labora...
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